Escribe: Wilder Calderón Castro*
El emporio empresarial más grande del Perú ostenta una situación expectante para los cuarenta mil micro y pequeños empresarios que la conforman. Los actuales treinta y siete centros comerciales del Conglomerado “Las Malvinas” se consolidan rápidamente en los circuitos financieros locales para la creación de la marca “Las Malvinas”.
En el 2013, “Las Malvinas” contará con siete nuevos centros comerciales, que demandarán una inversión superior a los 140 millones dólares y que prolongarán su actual extensión hasta el óvalo Dueñas. La trascendencia de esta suma de denodados esfuerzos y éxitos empresariales, radica en la voluntad de una nueva clase empresarial que se cobija en su seno: Los emprendedores sociales.
Estos empresarios preceden de una estirpe diferente de soñadores, cuyo origen provinciano es el común denominador de una secuela de desarraigos y sufrimientos, que culminaron hace algunos años, cuando de manera definitiva se establecieron a lo largo de la avenida Argentina.
Desde su trinchera comercial, buscan aportar, con ideas innovadoras y emprendedoras que aterricen en cambios sociales significativos, con el progreso y desarrollo sostenible del país. Por ende, su visión empresarial no se refugia en una mentalidad mercantilista de producir dividendos a expensas de ecosistema financiero o la indiferencia social.
Estos empresarios no se cuadriculan en su rol gerencial, ni caen en el fácil estereotipo de una clase empresarial que desea mantener el status quo de la pobreza circundante a la avenida Argentina. Como líderes del cambio social, profundo y duradero, saben que es necesario desterrar de su zona todo atisbo de delincuencia, mediante el fomento del empleo formal temprano de los vecinos y tecnificando a su mano de obra. No olvidan tampoco que la educación es la palanca para el desarrollo sostenible de la comunidad.
Los emprendedores sociales son sabedores que su mayor fortaleza reside en la fuerza de la unidad y el establecimiento de alianzas estratégicas entre empresarios, con la comunidad, con la universidad, que bien envidiarían Sodimac o Maestro Home Center.
La Universidad Peruana Simón Bolívar acepta los retos impuestos por esta casta empresarial emergente en las Malvinas, donde nunca llegó otro centro de estudios. El Convenio suscrito con el Conglomerado da marco a un trabajo de responsabilidad social universitaria y de desarrollo sostenible que emprenderemos como socios estratégicos del emporio comercial “Las Malvinas”.
La responsabilidad social universitaria no la entendemos entonces como producto del asistencialismo, si no con la necesidad de generar mayores riquezas y gestionar empresas dentro de estándares internacionales de calidad, que nos permita proyectar la marca “Las Malvinas”, en otros escenarios nacionales y mundiales.
* Gerente general de la Universidad Peruana Simón Bolívar
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